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La breve estadía de Cristopher

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Vivo en un apto en un 5to piso al frente de un área boscosa, y tengo el privilegio de ver las copas de los árboles en todo el frente de mi ventana. Tengo entonces como vecinos una familia de Cristofués a lo que disfruto ver todos los días desde hace unos 4 años. Hace unas semanas hospedé a un pichón que se había caído (o falló en su primera clase de vuelo), y a quien los padres venía a a alimentarlo todos los días hasta el momento que se fué por su propia cuenta.

pichon de Pitangus sulphuratus
Este es Cristopher, un pichón de Pitangus sulphuratus

El pichón se cayó de su árbol un viernes en la mañana y afortunadamente fue visto al momento de caer y rescatado a los minutos, ya que en el edificio hay gatos.

El primer día lo alimentamos con F1 de herbalife y pizca de proteína. Al segundo día el pichón llamaba a sus papás y estos lo localizaron y empezaron a darle comida, este vídeo es de ese sábado. Desde esa mañana los papás del pichón se encargaron de alimentarlo todos los días, todas las mañanas yo abría las ventanas del balcón a las 5:30 am, a las 5:40 estaban puntuales con comida en el pico. Y son fieros defensores porque si estábamos muy cerca el pichón se nos venían encima con picotazos 😛

En la noche Cristopher era guardado posado en un nidito que se improvisó  y este en una cajita de cartón.

A la mañana siguiente se sacaba el nidito y el pichón posado ya estaba despierto, se bajaba y se iba a su rincón desde donde llamaba a sus papas y estos llegaban puntuales a darle comida.

El miércoles en la mañana Cristopher ya pudo volar solo hasta el borde del balcón y sin siquiera despedirse se fue hasta un árbol cercano. Una característica particular es que tiene dos plumas que sobresalen hacia adelante, que lo hace parecer un pingüinito, así pudimos identificarlo los días siguientes a su partida. Aun está por los árboles cercanos y ya tiene gran habilidad para volar.

Durante su estadía en el apto se tomaron extraordinarias imágenes y vides, hubo momentos en que se posaron hasta tres aves adultas siempre pendientes del pichón.

Esta familia de cristofués son muy territoriales, valientes, bravitos y defensores de su territorio, he visto como se enfrentan a águilas y las corren de la zona, además de no dejar posarse en su árbol a carpinteros, conotos, paraulatas… los corren a picotazos >:P

Hace unos días ví que en un árbol a unos 50 m de distancia se posó un gallinazo (zamuro). Pues bien, dos avecillas de esta familia arrancaron hasta aquel árbol y desde aquí se veían como tres puntitos dándole coscorrones al gallinazo que al final optó por irse de la zona.

Sin duda esta aves podrían ser un símbolo de bravura y lealtad.

 

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