Es común que entre los distintos frascos de miel de abejas que nos conseguimos en los mercados estén algunos que tienen miel falsa o adulterada, por ello es bueno sepamos cómo diferenciarlas para no dejarnos engañar. ¿Cómo saber si la miel es verdadera o falsa? Veámos como comprobar si una miel es realmente miel de abeja.
¿Qué es la miel de abejas?
La miel de abeja es un fluido dulce y viscoso producido por las abejas a partir del néctar de las flores o de secreciones de partes vivas de plantas. Las abejas lo recogen, transforman y combinan con la enzima invertasa que contiene su saliva y lo almacenan en los panales donde madura. Y gracias a la apicultura podemos disfrutar de su rico sabor y beneficios a la salud.
Las características físicas, químicas y organolépticas de la miel vienen determinadas por el tipo de néctar que recogen las abejas.
La diferencia entre una miel artesanal pura y otra industrial es enorme, y no solo por el precio o el aspecto sino también por las propiedades benéficas para la salud que están presentes en la verdadera miel de abeja.
La miel de abeja pura
La miel pura de abejas es el producto de las abejas sin purificar, ni calentar, y sin añadir nada. Recolectada de la colmena y envasada, sin ningún otro proceso que la altere de algún modo. Esta miel pura puede proceder de flores de muy diversa índole. Algunos apicultores deciden proporcionar azúcar a las abejas en sustitución de las flores. Esta miel es miel pura, pero sus propiedades difieren mucho de las mieles de flores.
La buena miel tiene propiedades antisépticas y por ello no hace falta, si se manipula correctamente en cuanto a higiene, pasteurizarla si se va a consumir en menos de unas cuantas semanas. De hecho se han encontrado en algunas tumbas egipcias frascos de miel perfectamente conservada.
30 Gramos de miel pura contiene aproximadamente 20 tipos de vitaminas, 18 tipos de aminoácidos, 16 minerales, y una importante cantidad de antioxidantes y fitonutrientes. La miel pura es una sustancia antibacteriana, antiviral y antifúngica de primer orden. Así como un producto altamente nutritivo
La miel pasteurizada pierde propiedades benéficas
La miel pasteurizada se calienta a 65-80 grados celsius y esa temperatura destruye algunos de estos micronutrientes, convirtiendo a la miel refinada en un producto no apto para usos terapéuticos. Cambia su textura, su color, su sabor, adquiriendo un sabor a cocido a causa de la caramelización.
En las mieles de nuestros supermercados puede aparecer la palabra miel pura, pero esto no garantiza que lo sea al 100%. Solamente en la Comunidad Europea y en el estado de Florida se han establecido estándares para el etiquetado de la miel, siendo obligatorio reseñar en la misma si contiene algún otro producto aunque sólo sea agua.
Miel verdadera y miel falsa o adulterada, cómo reconocerlas
lamentablemente, existen en el mercado algunas mieles adulteradas. Mucha de ellas son mezclas de miel con soluciones de glucosa o mieles de poca calidad, con alto contenido de agua, por ser obtenidas de celdas sin opérculo (que no están tapadas con cera).
Hay algunas pruebas sencillas que podemos llevar a cabo en casa para comprobar si la miel que hemos comprado es pura o si, por el contrario, está adulterada o contiene mucha agua:
Leer la etiqueta
- Antes de comprar un frasco debemos leer la etiqueta y corroborar que en la lista de ingredientes no aparezca “jarabe de alta fructosa” o «glucosa comercial«. Estos son dos aditivos utilizados frecuentemente para “estirar” la miel e impedir que esta se solidifique.
Solidificación de la miel
- Todas las mieles son líquidas pero, con el tiempo, tienden a solidificarse o “azucararse”.
- Si el frasco muestra miel que ya está cristalizada, se trata de miel pura.
- ¿Ya tienes un frasco de miel líquida? Puedes esperar unos días para ver si se solidifica o puedes colocarla en la nevera (heladera) para acelerar el proceso.
- Si la miel nunca llega a cristalizarse, hay altas probabilidades de que se trate de miel adulterada.
Trucos para identificar si es miel verdadera o falsa
- Toma una cucharadita de miel y colócala dentro de un vaso con agua. Si se disuelve, no es pura. La miel pura debe quedarse toda junta, como un sólido, cuando se sumerge en agua.
- Toma un poco de miel y mézclala con agua. Sobre esta solución coloca cuatro o cinco gotas de esencia de vinagre. Si observas que se forma espuma, la miel puede estar adulterada con yeso.
- Toma una porción de miel con la cuchara y colócala bocabajo. Las mieles que están muy húmedas caerán rápidamente. Las maduras, de buena calidad, se quedan en la cuchara o caen muy lentamente.
- Enciende un fósforo e intenta quemar un poco de miel. Si ves que se enciende y se quema, es pura. La impura o de poca calidad contiene agua, y esta impide que arda.
- Si tienes yodo en casa, toma un poco de miel, mézclala con agua y agrégale unas gotas de yodo. Si la solución queda de color azul, la miel ha sido adulterada con harina o almidón.
- Toma un trozo de pan viejo, duro, y sumérgelo en miel. Si al cabo de 10 minutos el pan continúa endurecido, verificarás que es pura. Si hay mucha agua en la miel, el pan se ablandará.
- Coloca una cuchara con miel encima de una llama, observa la foto a continuación y compara
Con estas sencillas pruebas podrás comprobar la calidad de la miel que compras y así podrás elegir la más pura. Y por supuesto, disfrutar una verdadera y deliciosa miel con su propiedades benéficas para tu salud.