La crème fraîche es una nata fermentada procedente de la región francesa de Normandía. Actualmente está presente en los supermercados y se usa en recetas de repostería y de platos salados. Si no tenemos en casa o no hay en nuestra zona podemos elaborar una versión casera. Empecemos:
La crème fraîche es fácil de elaborar en casa por nosotros mismos pues tan solo necesitamos dos ingredientes y un algo de paciencia.
Necesitamos:
- 250 ml de nata líquida con un mínimo de 35% de materia grasa
- 2 cucharadas de mantequilla a temperatura ambiente, o suero de leche (buttermilk)
- Frasco de vidrio con tapa que no sea de metal, algunas tapas tienen aislante y esas están bien
- Servilleta de cocina, absorvente, nueva, limpiecita e inmaculada
- 1 cordón para atar la servillleta al frasco
Preparación:
- Vertemos la nata en un bol de cristal y le agregamos las dos cucharadas de mantequilla.
- Removemos bien hasta que veamos que la mantequilla se ha disuelto en la nata.
- Pasamos esta mezcla al frasco de cristal
- Tapamos con una toalla de cocina, de esas de papel, y atamos fuerte
- Dejamos reposar en un lugar templado de 12 a 24 horas con una temperatura aproximada de entre 20 a 25 grados.
- Una vez que la veamos espesa y cremosa tapamos el frasco con su tapa y la refrigeramos.
- Esta crème fraîche casera durará una vez preparada y refrigerada aproximadamente entre una semana a diez días.
Usos:
- En repostería la podemos usar en fruta fresca, tortitas, galletas, helados y para acompañar tartas y pasteles.
- En cocina salada la podemos emplear para dar un acabado cremoso y ligeramente ácido a las sopas, o para darle cuerpo a salsas y cremas, pues tiene la propiedad de que no se corta con el calentamiento.
- También en aperitivos y bocaditos así que es una nata muy versátil y que podemos emplear en muchas preparaciones.