Se fue a pique un día un navío con todo y sus pasajeros, y un hombre, testigo del naufragio, decía que no eran correctas las decisiones de los dioses, puesto que, por castigar a un solo impío, habían condenado también a muchos otros inocentes.
Mientras seguía su discurso, sentado en un sitio plagado de hormigas, una de ellas lo mordió, y entonces, para vengarse, las aplastó a todas.
Se le apareció al momento Hermes, y golpeándole con su caduceo, le dijo:
-Aceptarás ahora que nosotros juzgamos a los hombres del mismo modo que tu juzgas a las hormigas.
«Antes de juzgar el actuar ajeno, juzga primero el tuyo»
Nota: En la mitología griega, Hermes era el dios del comercio, de la fecundidad y de los muertos. Protector de comerciantes y pastores. Mensajero de los dioses. Hijo de Zeus y de Maia.Equivalente al dios romano Mercurio.