La salsa holandesa es una salsa clásica de la cocina francesa, conocida por su textura suave y sabor rico. Aunque puede parecer complicada, con los pasos correctos y un poco de paciencia, puedes lograrla en casa. Aquí te mostramos cómo hacerlo.
Ingredientes
- 100 gramos de mantequilla
- 2 yemas de huevo
- Sal
- Pimienta blanca
- Zumo de limón
Instrucciones
- Preparar la Mantequilla:
- En un cazo, funde la mantequilla a fuego medio. Es importante no dejar que la mantequilla se queme. Si es posible, clarifica la mantequilla quitando los residuos que quedan en la parte superior una vez fundida.
- Preparar el Baño María:
- Llena otro cazo con agua y caliéntalo a fuego bajo. Este cazo servirá para montar la salsa al baño maría. Coloca un recipiente sobre el cazo con agua caliente.
- Montar las Yemas:
- Coloca las yemas de huevo en el recipiente que está sobre el cazo con agua caliente. Empieza a batirlas lentamente. La temperatura es crucial en este proceso; no debe ser demasiado alta para evitar que las yemas se cuezan.
- Añadir la Mantequilla:
- Una vez que las yemas estén esponjosas y hayan cambiado de color a un tono más claro, comienza a añadir la mantequilla fundida lentamente. Hazlo en un chorro fino y constante mientras sigues batiendo. Si la salsa brilla demasiado, significa que tiene un exceso de grasa. Añade unas gotas de agua para corregir esto.
- Controlar la Temperatura:
- Si la mezcla se calienta demasiado, retira el recipiente del baño maría y sigue batiendo fuera del fuego. Si está fría y no espesa, vuelve a ponerla sobre el agua caliente.
- Finalizar la Salsa:
- Cuando la salsa esté espesa y bien montada, añade sal, pimienta blanca y unas gotas de zumo de limón al gusto. Mezcla bien todos los ingredientes.
- Conservar la Salsa:
- Mantén la salsa holandesa a unos 50-60 grados para evitar que se corte. Si necesitas recalentarla, hazlo lentamente y con cuidado para no arruinar la textura.
Consejo Final
La salsa holandesa es deliciosa pero rica en grasas, así que no es recomendable consumirla todos los días. Sin embargo, es perfecta para ocasiones especiales y combina maravillosamente con pescados, espárragos y huevos benedictinos.
¡Disfruta de tu salsa holandesa casera y sorprende a tus comensales con esta exquisita preparación!