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Están en tu botella de plástico: así afectan los microplásticos a tu cuerpo

microplásticos en el cerebro y arterias

¿Qué son los microplásticos y por qué están en todas partes? Los microplásticos son fragmentos diminutos de plástico, con un tamaño inferior a los 5 mm. Suena inofensivo, ¿verdad? Pues no lo es. Estos pequeños contaminantes se encuentran hoy prácticamente en todas partes: en el aire, en el suelo, en los alimentos que consumimos… y, sorprendentemente, en el agua que bebemos.

Cada vez que tomas un sorbo de agua embotellada, ¿te has preguntado qué más estás ingiriendo? Estudios recientes han detectado que el 93% de las aguas embotelladas analizadas contienen microplásticos. Es un dato escalofriante, considerando que muchos recurren a este tipo de agua pensando que es más pura o segura.

Entonces, ¿qué son los microplásticos y cómo afectan a la salud? Son partículas que provienen de la degradación de plásticos más grandes o que ya se fabrican en forma diminuta, como los utilizados en cosméticos, exfoliantes, fibras textiles, pinturas industriales o envases alimentarios. Estas partículas no solo contaminan el medioambiente, sino que se acumulan en nuestros cuerpos, con consecuencias aún poco comprendidas pero claramente preocupantes.


De tu botella al cuerpo: cómo llegan los microplásticos a nuestro organismo

Botella de plástico con microplásticos en el agua

Puede que pienses: “Bueno, yo reciclo y apenas uso plástico”. Pero la realidad es que no hace falta consumirlo para estar expuesto a él. Los microplásticos llegan al cuerpo humano por diversas vías:

Vía de exposición Ejemplos comunes
Ingestión Agua embotellada, mariscos, sal de mesa, frutas
Inhalación Aire interior con fibras de ropa sintética, polvo
Contacto cutáneo indirecto Uso de cosméticos con microperlas, ropa sintética

Tu organismo se convierte en una especie de archivo viviente: saliva, sangre, placenta, heces, pulmones… incluso el interior de los huesos y el cerebro han mostrado presencia de microplásticos.


Microplásticos en el cuerpo humano: los hallazgos más alarmantes

Uno de los datos más impactantes es que, según investigaciones recientes, personas con diagnóstico de demencia presentan hasta 10 veces más microplásticos en el cerebro que personas sin esta condición. ¿Coincidencia? La ciencia aún no puede confirmarlo, pero tampoco lo descarta.

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Otro estudio identificó microplásticos en las arterias carótidas, las que llevan sangre al cerebro. Aquellos con presencia de microplásticos en estas placas arteriales tenían un riesgo 4,5 veces mayor de sufrir infartos o derrames cerebrales.

En 2025, un grupo de voluntarios en Londres participó en un experimento inédito: ingerir deliberadamente microplásticos para rastrear su recorrido por el organismo. Se descubrió que, especialmente tras calentar plásticos en microondas o verter agua caliente sobre envases, la liberación de partículas se dispara.

Dato clave: Una sola botella plástica de un litro puede contener hasta 240,000 partículas de diferentes tipos de plásticos, incluidos nylon, poliestireno y policarbonato.


¿Qué pasa si comemos microplásticos? Lo que dice la ciencia

Aquí es donde la pregunta se vuelve urgente: ¿Qué pasa si comemos microplásticos? Aunque aún no existe una respuesta definitiva, los primeros resultados de estudios indican:

  • Posible acumulación en órganos (riñones, hígado, bazo, cerebro).
  • Generación de inflamación crónica en tejidos.
  • Alteración del sistema endocrino debido a aditivos químicos presentes en los plásticos.
  • Transporte de metales pesados y bacterias resistentes a medicamentos.

Esto ha llevado a los científicos a considerar que los microplásticos podrían actuar como potenciadores de enfermedades, es decir, no serían el causante único, pero sí un factor agravante en casos como asma, enfermedades cardiovasculares o cáncer.


¿Cómo contaminan los microplásticos? Fuentes y ciclo de propagación

La contaminación por microplásticos es un fenómeno global, silencioso y persistente. ¿Cómo contaminan los microplásticos? A través de un ciclo casi imposible de detener:

  1. Producción masiva de plásticos: más de 400 millones de toneladas anuales.
  2. Degradación por el sol, viento o agua, fragmentándose en micro y nanoplásticos.
  3. Dispersión en mares, ríos, aire y suelo.
  4. Entrada a la cadena alimentaria (pescados, verduras, animales, humanos).
Fuente principal Ejemplo
Ropa sintética Fibras de poliéster liberadas en lavados
Cosméticos y exfoliantes Microperlas plásticas
Envases alimentarios Botellas, recipientes, envoltorios
Neumáticos de vehículos Partículas liberadas por fricción
Pinturas y barnices Emisiones durante aplicación o desgaste

Es decir, no solo el mar sufre, sino también los suelos, el aire interior que respiramos y la comida que cultivamos.


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Salud en riesgo: enfermedades asociadas a los microplásticos

Los microplásticos en el cuerpo humano son una bomba de tiempo. Aunque su efecto es lento, persistente y multifactorial, ya se están relacionando con varias afecciones:

  • Enfermedades cardiovasculares: por acumulación en arterias.
  • Deterioro cognitivo: posible vínculo con demencia.
  • Asma y problemas respiratorios: por inhalación constante.
  • Disfunciones hormonales: alteración del sistema endocrino.
  • Enfermedades metabólicas y envejecimiento prematuro.

La profesora Verena Pichler alerta que los microplásticos pueden actuar como vectores de toxinas o metales pesados, mientras que otros investigadores señalan que el cuerpo no puede descomponerlos por completo, acumulándose año tras año.


¿Qué se está haciendo? Medidas, regulación y avances científicos

La lucha contra los microplásticos ha comenzado, pero va lenta. Algunas medidas relevantes a nivel global:

  • Prohibición de microplásticos en cosméticos en la UE y otros países.
  • Mejoras en los sistemas de filtración de agua potable.
  • Campañas de concienciación sobre el reciclaje y uso responsable.
  • Desarrollo de polímeros biodegradables.

Sin embargo, la falta de una legislación global, el lobby de la industria plástica y la ignorancia generalizada del riesgo impiden avanzar con la rapidez que se requiere.


Soluciones reales: cómo protegernos del impacto de los microplásticos

Mientras los gobiernos actúan, tú también puedes hacer mucho:

Evita calentar alimentos en plásticos. Usa vidrio o cerámica.
Filtra el agua potable. Especialmente si consumes agua de grifo en zonas urbanas.
Reduce el uso de plásticos de un solo uso. Bolsas, botellas, cubiertos, etc.
Lava la ropa con bolsas filtrantes. Especialmente si es sintética.
Lee etiquetas. Muchos productos aún contienen microperlas o partículas plásticas.

La dependencia de agua embotellada en zonas con acceso limitado a agua potable, la falta de regulación estricta y el desconocimiento general sobre los riesgos de los microplásticos exigen soluciones inmediatas. Cada acción, por pequeña que sea, cuenta.


Conclusión: un problema invisible con consecuencias gigantescas

Los microplásticos son el enemigo invisible de nuestra era. Están en el aire que respiramos, en el agua que bebemos y en los alimentos que ingerimos. A día de hoy, no sabemos el daño total que pueden causar, pero todo apunta a que están alterando nuestro metabolismo, debilitando nuestros órganos y, en casos extremos, acelerando enfermedades.

Ignorarlos no es opción. Entenderlos, reducir nuestra exposición y presionar por un cambio global es una necesidad urgente.

Fuente consultada:

BBC Future, “How do the microplastics in our bodies affect our health?” – Julio de 2025.
https://www.bbc.com/future/article/20250723-how-do-the-microplastics-in-our-bodies-affect-our-health