Es la manera en la que está diseñada la mente. Para poder pasar nuestros genes tenemos que cuidar a nuestros niños, así que la evolución nos ha dado una reacción emocional automática hacia todo lo que se parezca a nuestros bebés.
Las características más cruciales incluyen ojos grandes y que apunten hacia adelante, una cabeza grande comparada con el cuerpo, pelo suave y pequeños dedos rosados.