Saltar al contenido

¿La ciencia está cruzando al otro lado del espejo?

¿La ciencia está cruzando al otro lado del espejo?

Ciertamente, la realidad en la que vivimos se está volviendo demasiado impactante para cualquier mente —y quizá sean los científicos más conservadores quienes más están sufriendo este cambio.

A medida que se descubren y observan fenómenos nuevos en el universo, pareciera que la ciencia formal se aleja cada vez más de lo que realmente ocurre. Es como si su “realidad científica” comenzara a reflejarse del otro lado del espejo… el lado de la fantasía, la espiritualidad o incluso la religión fanática que tanto cuestionan.

Hoy, gracias a las redes libres como X (antes Twitter), se están compartiendo revelaciones que antes habrían sido silenciadas o ridiculizadas. Mientras tanto, plataformas como Facebook siguen moderando —o censurando— la realidad, promoviendo distracciones sin sentido para mantener a la mayoría entretenida.

Pero hay personas, pocas, con los recursos, la curiosidad y la mente verdaderamente libre, que están sacando a la luz datos sorprendentes.

Coincidencias que no parecen casualidad

Hace décadas, el científico Nassim Haramein habló del cometa NEAT, que seguía una trayectoria anómala y podía comprometer la estabilidad de algunos planetas. Curiosamente, el Sol lanzó una llamarada justo entonces, desviando el cometa. ¿Coincidencia? ¿O una especie de “intervención cósmica”? Muy pocos lo notaron, pues el evento ocurrió fuera del alcance visual común.

¿Casualidad? Tal vez. Pero ahora, décadas después, algo similar ocurre con 3I Atlas, que también recibió una llamarada solar… y, aparentemente, sin afectarlo.

Banner Binance

Y aquí es donde todo se vuelve más inquietante: algunas manchas solares se encogen cuando la Tierra pasa frente a ellas y vuelven a expandirse al salir de su trayectoria, lanzando después sus eyecciones de masa coronal.

La ciencia formal, ante lo inexplicable, siempre responde con la palabra mágica: “casualidad”. Pero ya decir eso empieza a sonar descarado.

Quizá la nueva “Biblia” de la ciencia necesite reescribirse. Porque hay cosas que están pasando, evidencias que no encajan en los viejos modelos… y negarlas solo convierte a la ciencia en lo que tanto critica: una religión dogmática.

Seguiré compartiendo estas reflexiones aquí, en este espacio donde las ideas pueden fluir sin etiquetas. Y por supuesto en mi canal de Youtube, donde tus comentarios y participación será bien recibida.

Porque si algo tengo claro es que hay mucho más sucediendo allá afuera de lo que nos cuentan aquí.