Cuando tratamos el tema de la obesidad hacemos referencia a una enfermedad que surge cuando hay exceso de grasa, o tejido adiposo, en el cuerpo y que, pese a ser crónica, se puede tratar. Para evitar que esto ocurra, una de las primeras cosas a considerar es que es necesario empezar a desmontar las mentiras más grandes de la industria alimentaria.
Los especialistas ya han hecho advertencias sobre las consecuencias que puede producir, dado que esta enfermedad suele agravar otras patologías, tales como la hipertensión, la diabetes, cardiopatías, e incluso incidir en la aparición del cáncer de tipo gastrointestinal.
Exceptuando a quienes son musculosos, todas aquellas personas que posean un peso que supere, en un 20%, el punto medio de su índice de masa corporal (IMC), puede considerarse obesa.
¿Qué efectos produce la obesidad?
La obesidad posee efectos negativos en el ser humano. Por ejemplo, cuando el cuerpo ha acumulado grasa de manera excesiva, específicamente en la pared torácica y debajo del diafragma, esto provoca presión en los pulmones, lo cual genera un impedimento para respirar, así como sensación de ahogo al realizar esfuerzos mínimos.
A su vez, las dificultades respiratorias interfieren en el sueño, de manera grave, como cuando se produce la apnea, es decir, el detenimiento momentáneo de la respiración, lo cual produce somnolencia, entre otras complicaciones.
Los problemas de tipo ortopédico tampoco escapan de los efectos negativos que produce la obesidad, ya que esta puede provocar lumbalgia, y agravar otros padecimientos, como la artrosis, causando malestar en las rodillas, los tobillos y las caderas.
Es muy frecuente también el padecimiento de problemas cutáneos, puesto que quienes padecen esta enfermedad, debido a la escasa superficie corporal que poseen, les resulta más difícil desechar el calor del cuerpo, razón por la cual producen más sudor que quienes son delgados.
Además de ello, también pueden sufrir de edemas, es decir, retención de líquidos, especialmente en los pies y los tobillos.
¿Por qué se produce la obesidad?
Esta suele producirse debido a ciertos factores, genéticos y ambientales, así como enfermedades. En cuanto a esta última, se debe mayormente a un desbalance entre las calorías ingeridas y las que se gastan, ya que al no quemarlas llegan a transformarse en grasa. Sin embargo, debido a todos los factores implícitos, esta enfermedad se convierte en una de tipo complejo.
Ciertamente, los factores ambientales influyen en el aumento de peso. De hecho, el ritmo de vida en la actualidad repercute en dicho aumento, puesto que cada día un mayor número de personas convierten sus vidas a formas sedentarias. Algunos de los factores que inciden son los siguientes:
- Abundante consumo de bebidas y comidas con alto contenido calórico.
- Ingerir pocas cantidades de vegetales y frutas.
- Desorden al momento de ingerir las comidas, o comer demasiado rápido.
- Falta de actividad física.
- Pocas horas de sueño.
- Estrés.
Entre otros factores, hay quienes poseen una mayor predisposición, de tipo genética, en la tendencia al aumento de peso, y si se ven sometidas a los factores ambientales ya citados, la ganancia de peso resulta mucho más fácil.
Sin embargo, actualmente la mayor parte de la población se encuentra en posibilidades de riesgo, debido al estilo de vida poco, o nada, saludable los cuales se encuentran expuestos. En efecto, un poco más de 50% -de población adulta-, y un 20% aproximadamente, de población infantil, ya padecen obesidad o sobrepeso.
Existen además algunas situaciones que aumentan el riesgo a padecer aumento de peso, como por ejemplo:
- Enfermedades que hacen que la persona permanezca en reposo.
- La ingesta de algunos fármacos, como corticoides, anticonceptivos, antidepresivos, entre otros.
- Situaciones de estrés, ingresar al ámbito laboral, dejar el tabaco, cambio de residencia, cambios en la alimentación y estilo de vida.
- El embarazo, la edad, la menopausia.
Cuando se presentan estas situaciones, la persona debe atender mucho más su peso y visitar al médico si considera que no puede controlarlo.
En ciertas ocasiones, la obesidad puede deberse mayormente a otros factores de tipo hormonal, como de origen tiroidea, hipofisaria, suprarrenal, entre otras, lo cual contribuye a que haya mayor ganancia en el peso.
Es importante acudir con un médico para que este valore si están presentes algunas de estas circunstancias, o si ameritas visitar otros especialistas.
Para prevenir la obesidad, es importante seguir un régimen alimentario equilibrado, así como practicar alguna actividad física, de manera frecuente.
Muchos especialistas recomiendan ingerir alimentos hasta cinco veces al día, en raciones pequeñas y con un contenido calórico bajo en calorías, pero con suficientes verduras y frutas.
Se recomienda de igual forma, practicar una actividad física de manera frecuente, es decir, unas tres veces a la semana –durante un lapso mínimo de 45 minutos-, con intensidades en relación al estado de salud de cada persona.