La corneja y el cuervo

Compartir este artículo:

Sentía una corneja celos contra los cuervos porque éstos dan presagios a los hombres, prediciéndoles el futuro, y por esta razón los toman como testigos. Quiso la corneja poseer las mismas cualidades.

Viendo pasar a unos viajeros se posó en un árbol, lanzandoles espantosos gritos. Al oír aquel estruendo, los viajeros retrocedieron espantados, excepto uno de ellos, que dijo a los demás:

— Eh, amigos, tranquilos; esa ave es solamente una corneja. Sus gritos no son de presagios.

«Cuando vanidosamente y sin tener capacidades,
se quiere rivalizar con los más preparados,
no sólo no se les iguala,
sino que además se queda en ridículo.»
 

 

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Compartir este artículo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *