Compartir este artículo:

[:es]Un hombre que pescaba con caña en un río, cojió una diminuta trucha.

Mientras estaba quitándole el anzuelo para echar el pececillo a la cesta, abrió este su boca implorando piedad y rogando al pescador lo arrojase al río otra vez.Le preguntó el hombre porque debía obrar así, y el pez respondió con fingida ingenuidad:

– porque ahora soy pequeña y no valgo gran cosa; pero si, por el contrario, me pescas cuando sea mayor, te seré mas útil.

– pescarte luego, ¿eh? – le respondió el hombre, que no era tonto- ; ¿Quién me lo asegura? Por lo menos, ahora te tengo en mis manos.

«Más vale una moneda en la mano, que un tesoro en el fondo del mar»

[:]

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Compartir este artículo:

0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *