Whisky de Tennessee: una exquisita tradición para degustar

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Existen diferentes maneras de consumir esta espirituosa bebida destilada, muy apreciada en todo el mundo. Hay catadores o consumidores que prefieren descubrir sus aromas y sabores, al disfrutar de la bebida en el paladar, y hay conocedores que definitivamente, se decantan por la sensación del sutil y refrescante placer que ofrece la cebada.

La Glencairn está catalogada como el tipo de copa ideal cuando llega el momento de catar un whisky. Este vaso fabricado en cristal, se fabricó por primera vez en al año 2002, y se ha posicionado como uno de los más usados para libar este licor en todo el mundo.

Una combinación perfecta fácil de beber

El whisky de Tennessee ha cobrado reputación mundial tras más de un siglo entre los mejores blends. Y entre ellos, el Jack Daniel’s Honey se caracteriza por su toque dulce, sin llegar a ser empalagoso, ya que mantiene un perfecto equilibrio. Está mezclado con las cantidades precisas de especias y canela, que le otorgan un sabor especial y característico, y un bouquet que sólo esta marca de larga tradición, puede ofrecer.

Un fondo musical de buen jazz en un anochecer plácido, y quizá un buen habano, van creando el ambiente apropiado junto con este Jack Daniels en TCM Gourmet en casa como antesala de una noche especial. Pequeños y merecidos placeres que se pueden permitir tras una larga jornada de trabajo.

Se toma a muy baja temperatura

Muchos prefieren tomarlo muy frío, sin hielo, ya que argumentan que el hielo le suprime, al derretirse, su exótico y característico sabor; y seguramente tienen razón. Otros, lo disfrutan con hielo, entre estos catadores se encuentran las mujeres que desean un sabor menos fuerte en el paladar.

Su color amarillo ámbar es muy agradable a la vista, e invita a degustarlo. La miel es la protagonista cuando se acerca a la nariz, acompañada por sutiles aromas de caramelo, madreselva y carbón. En la boca provoca una sensación exquisita, de un acabado limpio y dulzón, con un delicioso sabor a miel, matizado con madera de roble y vainilla, en sutiles toques que le aportan un gusto muy especial al paladar.

El proceso de elaboración

Su procedimiento para elaborarlo se basa en un proceso delicado en el que se suaviza con carbón, desde el remoto año de 1866. Éste le otorga una agradable suavidad, que caracteriza al producto de su destilería, catalogada como la más antigua registrada en esa región.

El whisky es pasado muy lentamente por recipientes de gran tamaño (3 metros) llenos de carbón, que se obtiene de un árbol en específico: arce sacarino, que tiene una sutil dulzura, por lo que es llamado sacarino. Diez días se lleva este proceso, durante el cual, el destilado absorbe lo esencial del carbón, algo que lo hace más refinado, proporcionándole un aroma y sabor excepcional.

El whisky es añejado en barriles fabricados de roble blanco que crecen en América. Mientras el barril contiene el licor, la madera se expande y se contrae, según las temperaturas y el clima donde se encuentran las barricas. Este añejamiento le da un sabor ahumado y su característico color amarillo ámbar.

¿Quién fue Jack Daniel?

Jesper Newton Daniel, luego apodado “Jack”, nació en el año 1850, en una gran familia de 13 hermanos. La situación difícil de su grupo familiar provocó que fuese criado por un amigo muy cercano, y luego entró a trabajar a la corta edad de 7 años.

Su aprendizaje comenzó con el reverendo Daniel Call, un ministro luterano de Lynchburg, Tennessee, que junto a su familia tenía una destilería, donde el pequeño Jack absorbió todos los conocimientos que le permitirían elaborar más adelante su propia bebida.

Una medalla de oro en la Feria Mundial

Arrepentido de embriagar a sus feligreses, el ministro decidió venderle a Jack su destilería, a la muy corta edad de 13 años. El pequeño siguió experimentando, tratando de abaratar este proceso tan utilizado, pero que acarreaba mucho tiempo y gastos, hasta que fue logrando suavizar el resultado.

La Feria Mundial de Missouri, celebrada en San Luis, fue el escenario que escogió Daniel para presentar su producto por la puerta grande: un whisky exquisito que llamó Tennessee Old #7. Fueron presentados 20 destilados, producidos y traídos de todas partes del mundo, y recibió el gran honor de ser seleccionado con la única Medalla de Oro otorgada en la feria.

Esta distinción catapultó en ese momento, a su espirituoso producto, como el mejor del mundo, un prestigio mundial que se mantiene hasta hoy.

 

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