La refrigeración en la seguridad alimentaria

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La refrigeración es el tratamiento de conservación de alimentos más extendido y el más aplicado, tanto en el ámbito doméstico como industrial. Su aplicación tiene la clara ventaja de que no se producen  modificaciones en los alimentos hasta el punto de mantener sus propiedades de frescura y salubridad.

Los alimentos son fundamentales para el consumo humano, son necesarios para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro organismo, por ello se deben manipular bajo técnicas y metodologías que no pongan en riesgo nuestra salud ni la de los consumidores. Es de vital importancia tener esto en cuenta para evitar que los alimentos sufran cambios que pongan en riesgo la inocuidad y la idoneidad de éstos.

¿A qué se debe la eficacia de la refrigeración?

Básicamente a que la actividad de los microorganismos y de las enzimas (proteínas activas) de los microorganismos y de los propios alimentos puede verse enlentecida, con el consiguiente retraso en la degradación de sus componente. En consecuencia, los alimentos duran más tiempo. Al mismo tiempo, los microorganismos patógenos van a inhibirse en su crecimiento, por lo que se va a permitir mantener las condiciones de seguridad alimentaria.

Neveras

Sin importar que seamos particulares o profesionales de la cocina, las neveras  son indispensables en toda casa, oficina, negocio o empresa.

Según la necesidad, hay neveras de todos los tamaños, desde prácticas neveras pequeñas baratas para nuestro práctico estilo de vida, hasta inmensas habitaciones en las que hay que entrar con trajes especiales para el frío.

Cómo descongelar alimentos que necesitan control de tiempo y temperatura

Cuando tenemos carnes o proteínas de origen animal en el congelador y vamos a darle uso para nuestras preparaciones culinarias, nunca debemos descongelarlos a temperatura ambiente ya que ello propicia un amplio rango de tiempo y temperaturas ideales para la proliferación de microorganismos patógenos que alteran las propiedades y son además causa de riesgo.


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La manera correcta para descongelarlos  es una de las siguientes:

  • Bajarlo o llevarlo a refrigeración a 41°F (5 °C) o algo menos
  • Sumergidos bajo un chorro de agua a 70 °F (21 °C) o menos
  • En un microondas si el alimento se va a consumir de inmediato
  • Como parte de cocción si tiene menos de 1.5 kilogramos

Apenas el alimento esté descongelado, o ya sea manipulable para su uso, procedemos a usarlo en nuestra preparación, garantizando así un resultado ideal y seguro.

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